Los efectos producidos por el uso abusivo de un dispositivo móvil pueden acarrear problemas psicológicos, que a simple vista para la mayoría de sus usuarios carecen de importancia.
A día de hoy son innumerables las ocasiones en las que cualquier persona se ha visto en situación de tensión, estrés y ansiedad por quedarse apenas unas horas sin contacto telefónico o sin acceso a la red. ¿Podríamos considerar como una actitud normal este hecho?
Evidentemente cualquier tipo de dependencia llevada al extremo nunca es positiva, y las observaciones y análisis de la Nomofobia, esta nueva enfermedad del siglo XXI, no están obteniendo resultados nada optimistas al respecto.
El primero que esté libre de pecado que tire la primera piedra cuando sea consciente en reconocer a los estados de humor a los que llegamos en determinadas situaciones a consecuencia del mono del móvil, tableta o cualquier otro dispositivo con el cual acceder a la red y estar en contacto con «su mundo».
En el trabajo, en clase, mientras comes, en el bus, en el coche mientras conduces, hasta en el baño, etc…cualquier momento es bueno para estar enganchado, aun sabiendo que en la mayoría de las ocasiones no procede, incluso está prohibido.
El 96 por ciento de los españoles tienen móvil, cifra que supera a EE.UU., China o Francia. El 26 por ciento de los usuarios tiene dos móviles y el 2 por ciento tiene hasta 3 teléfonos. El 33 por ciento de los españoles navega en Internet a través de su teléfono. España es el país con más teléfonos móviles por habitante, casi 10 millones de españoles utilizan whatsapp para enviar mensajes, fotos, etc. «Todas estas cifras hacen que nuestro país sea especialmente sensible a este tipo de nuevas enfermedades», han advertido desde el centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), (INNOVAticias, 2012).
Podríamos comentar las patologías resultantes sobre el tipo de muestra escogida según diversos estudios, y en función de ello poder extraer las conclusiones obtenidas para intentar erradicar esta epidemia, pero lo más desconcertante es que la Nomofobia no entiende de edades, ni de sexo, ni de razas, es un fantasma que arrasa allá por donde vaya. De los efectos psicologícos más característicos se distinguen: malestar general, trastornos de ansiedad, carácter agresivo, inestabilidad, irritabilidad, inquietud, temor a quedarse desconectado o aislado, dificultad para concentrarse
Todo lo comentado anteriormente no debe echar por tierra el avance en nuevas tecnologías aplicadas a los dispositivos puesto que es algo que nos ayuda a superar ciertos impedimentos y barreras para comunicarnos. En el punto intermedio está la virtud pero, ¿somos capaces de ello?.
Esta guerra psicológica VS tecnológica no ha hecho más que empezar…
* Fuentes:
savannahsbrainblog 